lundi 8 mars 2010

Sin Ayuda

Una de las cosas mas importantes (sino la MAS importante) que hay que poner en la balanza antes de tomar la decision de emigrar es cuán preparados estamos para dejar atras a nuestras familias.

Uno piensa que al emigrar pone en peligro la continuidad de ciertas costumbres que uno adquirió con el tiempo, ir a "ese" lugar que tanto le gusta, comer "esa" comida que nos encanta, pero todo eso son tonteras al lado del verdadero desafío que es dejar a los conocidos, a los amigos...y a la familia.



Mas allá de la desconexion (o desincronización) que se produce en el camino que recorreran ellos y el que recorreremos nosotros a partir de ese momento, la mayor carencia es el no tenerlos cerca, sobre todo cuando se los necesita.

Cuando nosotros emigramos a fines de 2005 no teníamos hijos por ejemplo, y no evaluamos entonces el impacto que sería no tener "una mano" de la familia cuando la necesitaramos. Uno es joven y se cree autosuficiente en todo, pero la realidad es que se necesita siempre de la familia, cuando estas enfermo, cuando las cosas te van bien y querés compartirlo, o cuando las cosas no te van tan bien y necesitas un hombro. Creo que la fuerza de los lazos familiares es directamente proporcional con langustia que pasaremos y con lo triste que nos pondrá no estar ahí cuando nazca el sobrino, cuando se case el primo o cuando ya no esté la abuela.

Voilà! Queda entonces aquí develado para ustedes "ese", el mayor secreto, el mejor guardado, de cómo saber si estas listo por sobre todo a dejar a tu familia para instalarte en otro país, porque aunque los aviones existen, la necesidad de contención y de cariño muchas veces no puede esperar a las próximas vacaciones del año que viene, con cuentagotas, por dos semanas si tenemos suerte, y después a esperar otra vez...


Una de las mejores decisiones que tomé antes de empezar este proceso (y que comparto como política con el ministerio de inmigración de Québec) es lo que llamo la Honestidad Brutal: Haber sido lo mas honesto conmigo mismo de los esfuerzos, los desafíos, las tristezas y las alegrías que seguramente atravesaría desde que tomara ese avion rumbo a mi nuevo hogar. Les recomiendo que lo hagan sin miedo, porque los puede salvar, literalmente, de fracasar en su proceso migratorio.

CANCION: Jorge Drexler - Un país con el nombre de un río

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