vendredi 26 février 2010

¿Cuantas razones se necesitan para emigrar?

He visto el año pasado una película llamada "Ben X" que realmente me alucinó. Si tienen hijos adolescentes tienen que verla con ellos, y si tienen hijos que seran adolescentes en algún momento no pueden dejar de verla ustedes. Si bien la frase que voy a transmitirles a continuación, extraída de la película, es extremadamente fuerte, el film es fuerte desde las emociones y no desde lo gráfico (no he llorado con muchas películas, pero esta es una de ellas). La frase, dicha por el personaje principal, un adolescente por demás atocigado en la escuela, le pregunta un día a su papá: "¿Cuantas razones hacen falta para suicidarse? ¿10,11....15?"

Si bien este proceso es el contrario del suicidio, vale bien la pena preguntarse a veces, para saber si nuestra balanza está bien centrada, cuantas razones (o cuales de ellas) justifican partir de nuestro país hacia lo (casi) desconocido.

Para nosotros LA razón principal ha sido la violencia y la inseguridad social. Un hecho que nos ha marcado a mi esposa y a mí profundamente, aunque ya lo hemos procesado, fue una noche de 1999, cuando volviendo de vacaciones con mi familia, llegamos a la puerta de la casa de mis papás en Olivos, Vicente López. En el auto estabamos mi papá, mi hermano de entonces 13 años, mi mamá (que hacía poco había sido operada de una pierna por un accidente) mi esposa y yo con 20 años. Luego de una semana hermosa en Uruguay (Fray Bentos, hoy contaminada por Botnia) llegamos con el auto cargado de valijas a nuestro hogar. Cuando mi mamá se bajó del auto para abrir la reja y poder entrar el auto, apareció un muchacho de unos 18 años con una escopeta. Al ver la situación bajé del auto para salvar a mi mamá, con lo cual me volví el blanco del individuo inmediatamente. El muchacho me tomá del brazo, y con la boca de la escopeta apoyada sobre mi cuello, le gritaba a mi papá que bajara del auto.

Al ver que eramos muchos en el auto (cosa imprevista para él), nos obligó a subir todos al auto y no llevó durante 15 minutos interminables hasta el shopping detras de Boulogne. Durante el viaje nos amenazó interminables veces y arrancó con una mano el stereo del auto (lo que me demostró inmediatamente que estaba muy drogado, ya que la fuerza que se necesita para hacer eso no la tiene cualquiera). Mi lado frío y calculador de mi personalidad afloró de golpe, ante los llantos y gritos desconzolados de mi familia, con lo que logré calmarlo y le expliqué con lujo de detalle, como si fuera vendedor de autos, el contenido del botín con el que se alzaría al llegar a destino, contenido en nuestros bolsos. Al ver mi infinita colaboración, el muchacho nos llevó a destino (conducía mi papá) y me indicó que yo lo ayudara a descargar los bolsos. Una vez que bajó del auto y partió con los bolsos, retomamos a toda velocidad la Panamericana.

Al llegar a mi casa, la policía ya estaba ahí (alertada por un vecino que vió lo que pasaba). Recuerdo que uno de los policías que se acercó a ver cómo estábamos tenía un olor a alcohol terrible y los ojos completamente derramados.
Luego de abrazarnos en mi casa con mi familia agradeciendo que estabamos vivos, fuimos mi papá y yo a la comisaría a denuncia todos los documentos y tarjetas robados. Al llegar (comisaría de Munro, Vicente Lopez) había un motín, con lo cuál mientras nos tomaban declaración, otros policías "repartían" palazos en los calabozos, a unos 10 metros de donde estábamos. No recuerdo la cara del policía que nos tomaba declaración, solo recuerdo que era de tez morena y que tenía un anillo de oro que parecía del super-bowl américano. Luego de "amenazarnos" de que tendríamos que comparecer ante el juez (ergo, perder mas tiempo para nada) mi papá saco unos $40 pesos de su bolsillo, se los entregó, y el policía nos dió el acta original, tiró a la basura le copia, y nos dijo que de necesitar algo mas, no dudaramos en contactarlo.

En el camino a mi casa mi papá me dijo: "siempre que vayas a una comisaría, llevá $10 en el bolsillo izquierdo, $20 en el derecho y $40 en el de atrás, porque nunca sabés cuál va a ser la tarifa y tampoco querés que se den cuenta si tenés o nó dinero en la billetera. Esto me lo enseñó mi papá, y ahora yo te lo enseño a vos". Qué lección importante, ché!

Esta "clase magistral" de Argentinidad que duró en total unas 2 horas (en Olivos Buenos Aires, no en Nigeria, Irak ni Colombia), me llevó a pasar el proximo mes sin querer salir de la casa, conseguir varios celulares para estar toda la familia comunicada permanentemente, tener pesadillas durante varios años y finalmente mudarnos a un edificio sobre la avenida Maipú, en Vicente López.

Si alguien se atreve a cuestionar mi emigración, no tengo mas que decirle que he sido uno de los primeros secuestrados "express" mismo antes de que existieran los secuestros. No me hago la victima, simplemente cuento los hechos.

Esta historia, la mía, ya no es un hecho aislado: es el común de lo que sucede cada día en B.A.

Amo demasiado a mi hijo y a mi esposa como para perderlos en 15 minutos en manos de un asesino. Por eso gracias Québec, une vez mas, por abrirme tus puertas.

3 commentaires:

  1. Que situacion de m... la verdad que te entiendo el 1 de enero de 2010 nos paso en Martinez, que nos apuntaron con un arma cuando bajabamos del auto.
    Nosotros tambien estaremos llegando en un mes a Montreal.
    Saludos,
    Fran

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  2. Hola Fran,
    Gracias por el comentario. Te sorprendería saber la cantidad de gente que no entiende lo que es pasar ese tipo de situaciones, pero bue..
    Que bueno que se vengan para acá. Yo no vivo en Montréal sino en la Ville de Québec (unos 250 kms mas al norte) pero si les puedo ayudar en algo, chiflen!!
    Saludos
    Jordan

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  3. Muchas gracias Jordan, si seguramente visitemos la Ville de Quebec dicen que es hermosa.
    Fran

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